Actualmente vivimos en un mundo globalizado cuyas reglas del juego son el comercio libre y la instantaneidad, es decir, no importa donde estés ni qué hora sea para comprar aquello que quieres. Tras la evolución que ha conseguido internet con el comercio electrónico hemos llegado a un punto en el que vendas lo que vendas, seguramente habrá más empresas como la tuya vendiendo exactamente el mismo producto o servicio. Además, a esta situación hay que añadir la capacidad de evasión que hemos desarrollo los consumidores debido a la saturación publicitaria. Y que los medios generalistas emiten, por lo general, spots unidireccionales, homogéneos y que no quedan en el recuerdo. Observamos pues que el marketing tradicional se ha convertido en una herramienta pesada, con altos costes a los que solo las grandes empresas pueden optar.
¿Y ante esta situación qué pueden hacer las PYMES? ¿Y por qué un consumidor debe comprarme a mí y no a mi vecino? La competencia existente es atroz, por eso las pequeñas y medianas empresas tienen que ingeniárselas para sobresalir y llamar la atención de su público objetivo. De este modo surgió una nueva corriente en Marketing denominada “Marketing de Guerrilla” o “Marketing Extremo”. Termino que surgío del libro de Jay Conrad Levinson, “Guerrilla Marketing: Secrets for Making Big Profits from Your Small Business” en 1984.
El marketing de guerrilla es un conjunto de estrategias y herramientas de marketing utilizadas de manera no convencional, de forma que lo que resulta no se asemeja a lo que clasificamos como publicidad común. Lo que se pretende es sacar una sonrisa y calar en la memoria de aquella persona que lo ve, por ello se debe hacer de un modo ingenioso, creativo y que sea capaz de sorprender. De forma que quien lo vea no pueda evitar sacar el teléfono y hacer una foto para compartírselo a sus amigos. Este tipo de marketing requiere de un coste menor que las técnicas convencionales y aporta un mayor impacto e interacción con el público objetivo debido al entorno donde se ubica y su forma de comunicar, sin embargo requiere de más tiempo y dedicación.
Un ejemplo de este tipo de marketing es el que realizo en 2012 la compañía ferroviaria francesa SNCF con el título “Europe It´s Just Next Door”. Consistió en instalar unas puertas de colores llamativos en las ciudades europeas donde la compañía iba a lanzar nuevas rutas. Quien las abrió fue transportado instantáneamente a otra ciudad. El objetivo de esta campaña era promover el turismo entre estas ciudades mostrando un poquito de ellas.
En conclusión, como dijo Albert Einstein “Si buscas resultados diferentes no hagas siempre lo mismo”. Por ello la creatividad y la innovación hacen que el público conecte con la marca, haciéndoles pasar un momento agradable y que deje huella en su memoria. Posiblemente esto se traducirá en la posterior búsqueda de ese producto o servicio y su adquisición.
¿Y tú, sabes emocionar al cliente?