Las empresas cada vez generan más contenidos, a parte de crear sus productos, para darles valor añadido. Esto se debe a la multiplicación de los canales: Twitter, Facebook, Instagram, Snapchat, Linkedin… Cada una de estas vías conduce a un contenido con un mensaje determinado. Pero, ¿todo vale? No, cada contenido tiene que estar adaptado a un canal. En algunos medios es evidente, no podemos colar más de 140 caracteres en Twitter, por ejemplo.
¿Qué consiguen las marcas generando tanto contenido? Mucho, crear la imagen de marca que desean sobre el público. Se trata de transmitir unos valores, unas emociones y sentimientos hacia la marca para establecer una conexión con el público. Estas percepciones son muy importantes porque supondrán un valor diferencial respecto a los competidores e, incluso, una fidelización.
Snapchat se ha convertido en la app con mayor crecimiento y se realizan inversiones importantes ya que los anunciantes la reconocen como una red social perfecta para el el branded content. Es decir, generar contenidos que creen afinidad entre la marca y el público. El usuario menor de 25 años que usa esta plataforma es carne de cañón, por ello Snapchat está superando a Facebook en fráfico de visualización de vídeos diarios. La red del fantasma llega a los 8 millones de vídeos vistos cada 24 horas y los anunciantes encienden sus cámaras para grabar vídeos para conectar con su público.